Por Francisco de Rosa, presidente de Meta Tucumán.

¿Te imaginas un Gran San Miguel de Tucumán totalmente conectado por un sistema de transporte público eficiente? ¿Un tren que recorra las vías restauradas desde el sur del Gran Tucumán hasta Tafí Viejo, o tranvías que nos lleven de Banda del Río Salí y Alderetes hasta Yerba Buena, todo por el mismo costo que el boleto de colectivo actual? Hoy, en nuestro primer día de la misión transformadora en Medellín, descubrimos cómo esa visión puede ser una realidad.

Comenzamos el recorrido por el icónico Metro de Medellín, un sistema que, desde los años 80, se ha convertido en el corazón de la movilidad urbana de la ciudad. Este transporte público, que mueve a más de un millón de personas al día de norte a sur y de este a oeste, fue construido a través del financiamiento de empréstitos públicos, pagados hasta el día de hoy con tasas a combustibles y cigarrillos. ¿El resultado? Un sistema de trenes, tranvías, teleféricos y colectivos que permite a Medellín, a pesar de su difícil topografía, integrar a toda su población, y todo por una tarifa similar a la que pagamos hoy en Tucumán.

Una ciudad inclusiva

La meta de este sistema no es solo mover personas, sino integrar. “Si una familia gasta más del 10% de sus ingresos en movilidad, esa ciudad no es inclusiva”, nos explicó Santiago Uribe, un antropólogo local que nos desglosó las políticas públicas detrás de este éxito. Pero no es solo movilidad: cada estación del Metro es un espacio de formación cívica, donde la limpieza, el respeto y la consideración hacia los demás son parte del día a día de los usuarios.

Alrededor de cada estación, Medellín ha construido un sistema de viviendas sociales e infraestructura que incluye salud, educación, seguridad y deporte, bajo un principio de proximidad. Apenas bajamos del teleférico de Nuevo Occidente, nos encontramos con un supermercado, un hospital público, una comisaría y un "parque biblioteca". Estos parques son espacios comunitarios que integran cultura, deportes y educación: albergan desde piscinas y canchas de fútbol, hasta aulas de informática y exhibiciones de arte.

¿Te imaginas una parada de tren en el Barrio Miguel Lillo en Jujuy al 4000 donde los vecinos puedan acceder directamente a estas infraestructuras? ¿Dónde los chicos puedan usar computadoras con internet, y tomar clases de fútbol o danza sin costo alguno? Medellín entendió que llevar presencia estatal a los barrios más vulnerables requiere la mejor infraestructura posible. "Los vecinos no pueden sentirse menos que nadie", visitar esas espectaculares estructuras de inclusión social nos dejó boquiabiertos.

Pero, ¿cómo logra Medellín financiar estas enormes inversiones? En primer lugar, la ciudad cuenta con recursos impositivos propios: el impuesto inmobiliario, automotor, de sellos y lo que en Tucumán sería Ingresos Brutos son todos tributos municipales. Esto acerca la gestión al ciudadano, y promueve que la gente vote por resultados tangibles, no por aparatos clientelares. Además, el gasto en salarios municipales es controlado, manteniéndose en menos del 15% del presupuesto, lo que permite que la mayor parte de los recursos se invierta en proyectos e infraestructuras que mejoran la calidad de vida.

Una ciudad innovadora

Cuando preguntamos cómo una ciudad latinoamericana, con tantos desafíos, ha logrado sostener un proyecto de largo plazo que la llevó a ser la ciudad más innovadora del mundo, la respuesta fue clara: La respuesta, como nos informan los especialistas Santiago Uribe y Jean Tromme tiene múltiples factores, pero algunos fundamentales: Es necesaria la construcción de una Narrativa Identitaria que promueva un cambio cultural. Que genere pertenencia y participación ciudadana. “Imaginar el Futuro es el primer paso para crearlo”, reza la presentación de más de una hora en la que nos explican como Medellín pasó de ser una ciudad estigmatizada por el narcotráfico, con más de 6000 homicidios por año a ser el segundo destino turístico de Latinoamérica sólo por debajo de Río de Janeiro, y sin playas.

Nuestros anfitriones nos dejaron algunas sugerencias para Tucumán: "Generen diálogos entre ustedes", "Investiguen quiénes son y por qué son como son", "Piensen en el futuro de su provincia", y lo más importante, "La solución para Tucumán tiene que ser la más tucumana de todas. Crean en ustedes mismos. Inspiren al mundo".

Una ciudad destrozada

Hace 30 años nadie se imaginaba que una ciudad destrozada como Medellín se fuera a convertir en la más innovadora del mundo. Si alguien lo hubiera pronosticado se le hubieran reído, y allí está, tan latinoamericana como nuestra Tucumán, construyendo entre todos sus vecinos, llenos de identidad y pertenencia, una ciudad para sus próximos 50 años.

A partir de hoy, y durante cinco intensos días, visitaremos proyectos clave de transformación urbana en Medellín, como los Planes Urbanos Integrales (PUI), el Metrocable, los parques biblioteca y otras iniciativas de movilidad, sostenibilidad y urbanismo social.